Todos conocemos las mariposas: son insectos adultos, conformados por dos pares de alas que se distinguen por sus colores llamativos. Sin embargo, muy pocos saben que este animal tiene muchos significados simbólicos.
Ante todo, su etimología. El nombre castellano de la mariposa proviene de antiguas canciones y dichos infantiles que se referían a algunas de las especies de insectos que suelen posarse con versos tales como «María pósate, descansa en el suelo». De allí se ha apocopado el nombre “María” en “mari” y se ha añadido “posa” de “pósate”.
Además, este animal realiza una mutación completa: tras romper el huevo, comienza vida como oruga, luego hace un capullo y después emerge como una hermosa mariposa. Este brusco cambio estético se utiliza metafóricamente para expresar una transformación y una evolución sorprendente y positiva.
Simboliza la posibilidad de renacer, de trascender las limitaciones terrenales elevándose hacia la luz mediante su propia evolución psíquica. Así pues, es alegoría de inmortalidad, renacimiento y resurrección, pero también de alegría, belleza, ligereza e inconstancia, es decir de lo efímero. En definitiva, gracias a su capacidad de transformación, encarna incluso la metamorfosis y la potencialidad del ser.
Representa la energía del amor y la libertad, ya que los enamorados se transforman gracias al amor, tal como este insecto se convierte de oruga en pequeño ser volador. En la cura Feng Shui se retoman estas acepciones, atribuyendo a la mariposa la capacidad de alejar las malas energías que provocan que amistades y amores huyan. En otras palabras, puede hacer que los estancamientos emocionales desaparezcan y atraer la compañía que se busca.
Asimismo, está frecuentemente asociado a manifestaciones mitológicas y religiosas en diferentes culturas no solo de la edad antigua, sino también de la edad contemporánea.
Como la mariposa cumple un cambio radical, en la edad antigua su nacimiento y su muerte simbolizaban la inestabilidad de la vida terrenal, ya que se asemejaba su portentosa metamorfosis con el viaje del alma de un cuerpo terrenal a un cuerpo celestial.
Dentro de la cultura europea este animal personifica la sensualidad y la feminidad. Por eso, los antiguos griegos representaban a la diosa Psyche, que personificaba el alma o la psique humana, con enormes alas de mariposa que la hacían sumamente atractiva. También existen representaciones en lápidas grecorromanas en las cuales el espíritu puede aparecer como mariposa saliendo del cuerpo de los muertos o como una niña alada. En estas obras encarna el aliento vital que escapa de la boca de agonizantes y difuntos.
Para el cristianismo, en el contexto de una tumba, es el ánimo que, vaciado de su forma carnal asciende, transformándose en imagen de resurrección.
En cambio, los celtas creían que estos animales eran hadas, o sea pequeños seres mágicos que volaban y tenían enormes poderes sobrenaturales que provenían de su alma, por lo que se protegían.
En la cultura irlandesa estaban sumamente protegidas, ya que simbolizaban el alma de niños inocentes muertos en temprana edad y no se les podría matar. Los japoneses también relacionaban estos animales con el alma, porque al morir las personas podían reencarnar en este cuerpo para cuidar de sus queridos. Es más, se pueden considerar un símbolo de felicidad conyugal, por eso suelen tener presencia en los matrimonios.
La cultura Maya suponía que las mariposas simbolizaban la transformación hacia la otra vida, puesto que, según los mayas, eran sus mejores guerreros reencarnados. En la cultura africana, especialmente en Congo, las mariposas aludían al ciclo de la vida y era común asociar las etapas de su evolución con el espíritu de los seres humanos.
Más allá de tener sentidos comunes en diferentes culturas, son personificación de elementos distintos. En seguida os mostraré algunos de los significados más populares con respecto a sus colores.
Mariposa turquesa o azul: funge de amuleto de la suerte y llama a la prosperidad.
Mariposa marrón: anuncia la llegada de nuevos amigos e induce a buscarlos.
Mariposa roja: alerta sobre peligro y agresividad, no obstante, representan también la pasión y la alegría.
Mariposa amarilla: indica la cercanía del éxito.
Mariposa verde: presagia acercamientos o reconciliaciones y avisa sobre amores que sanan y sobre la llegada de nuevos.
Mariposa violeta: denota una alta capacidad de tener buenas relaciones con las personas cercanas, ya que habla de armonía, estabilidad y equilibrio emocional.
Mariposa negra: anuncia obstáculos y tropiezos por descubrir, así que es tomada como un mal augurio.
Mariposa blanca: alude a la luz que se esparce y anuncia noticias buenas que se deseaban, además representa estabilidad, inocencia, divinidad, infancia y paz.
Aunque son seres maravillosos, algunas están en peligro de extinción. La más conocida es la mariposa monarca, que se caracteriza por realizar migraciones intergeneracionales desde Estados Unidos y Canadá a México cada año. Según un artículo del National Geographic en los últimos 20 años la cantidad de monarcas se ha reducido de más del 80%, debido al cambio climático y a la destrucción del hábitat. Sin embargo, existen también las mariposas Papilio Alexanor, que viven exclusivamente en Norte Italia, y las Melitaea britomartis presentes en la lista de los animales en peligro de la unión internacional para la conservación de la naturaleza.
Para conservar estos animales os propongo unas posibles medidas. Ante todo, evitar el uso de herbicidas, porque impiden el desarrollo de las hierbas perjudiciales que crecen en un terreno determinado, incluso las plantas de algodoncillo de las mariposas. Otra acción que todos podemos hacer es combatir el cambio climático, ahorrando energía y cuidando de los recursos naturales. Una forma de contribuir a evitar que estos animales estén en peligro de extinción es plantar algodoncillos, de modo que se contribuya con su supervivencia y el medio ambiente. Por último, es fundamental crear conciencia sobre el peligro que corren y la importancia que representa su conservación. En otras palabras, hay que realizar campañas y participar activamente en organizaciones y entidades que se encarguen de preservar el entorno.
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